Escribo estas entradas para recordarme por qué los 27 de Octubre no son días normales, estoy irritable, no estoy fino y algo tendrá que ver.
Recordando, me ha venido a la mente que nunca había ido a un cementerio hasta la muerte de Roge, esta costumbre tan nuestra de tener a los muertos lo más alejados posible, no vaya a ser que se nos contagie.
Pero lo dicho, recordando me ha venido a la mente una especie de ritual, de cosa que hicimos unos años en el pueblo, recuerdo que en fiestas nos íbamos una noche, un ratito a visitar su tumba, de alguna forma lo compartíamos, no era una cosa de familia, era de la peña, recuerdo una ocasión muy jugosa en la que fuimos Bertxo, Julito, Aitor y yo, nos bebimos una copas ahí sentados, fumamos unos cigarros y nos volvimos al pueblo.
Caminando de vuelta un coche de la Guardia Civil nos siguió unos metros, pero eso da para otro tipo de post.
El caso es que cada uno se hace sus rituales, el que es religioso y el que no, son todos válidos, y los dejas de hacer cuando los dejas de hacer, no tienen ninguna lógica.
Me descargo, cuento mis cosas y ya estoy listo para darle otra vueltecita al sol.