Desde la última sesión tenía a los jugadores bastante mentalizados, un dragón, aunque sea joven, siempre es un asunto importante. Los muchachos no fallaron.
La guarida de Røylof
El trato con Titok es claro, ella les dirige a la guarida de un dragón joven y a cambio reparten el dinero.
Así, en lo oscuro de la noche, Gregorio (el cocodrilo albino de Titok) les guía por el laberíntico pantano hasta llegar a una zona desolada. Antes de la llegada de Røylof el islote mantenía su consistencia por el gigantesco árbol que clavaba sus raíces en él. Ahora el árbol se consume rápidamente por los gases sulfurosos que contaminan el ambiente, espuma amarilla se arremolina en todos los salientes y va acabando con toda la vida alrededor, el hedor a huevos podridos crea una atmósfera irrespirable, pero los aventureros han venido con una misión clara, matar un dragón.
Gregorio les abandona y en silencio, protegidos por la bruma de la mañana y los gases ácidos, se acercan a una pequeña entrada protegida por un dragón negro muy pequeño, recién salido del huevo, pomo mayor en tamaño que un perro. Los aventureros no se esperaban esto, entre susurros discuten el rumbo de acción, Darsien pretende adoptarlo, Neska se muestra reacia a matar inocentes y Kekoso empieza a considerar la idea de llegar a un trato con el dragón para engañar a Titok. Hvem mientras tanto tensa su arco y en un único disparo termina con la vida de la criatura.
Hvem ha venido a solucionar el asunto.
EL grupo se ha unido y combaten con cierta disciplina. Hvem, como una sombra, entra en la cueva y descubre la presencia de ocho pequeños kobolds negros.
Los Kobolds son pequeños humanoides con anatomía vagamente draconiana, malvados pero extremadamente cobardes, suelen juntarse a líderes fuertes que los esclavizan pero les dan una cierta protección. Los kobolds tienen colores como los dragones cromáticos.
Los aventureros entran a la cueva y como un viento de muerte terminan con todos sin darles la más mínima oportunidad.
Hvem vuelve a adelantarse a explorar. En el fondo de la caverna hay dos pasillos, uno conduce a otra sala, más grande, en la que otro grupo de kobolds trabaja en obras de ampliación, en el techo se abre un agujero enorme por el que entra la luz, es el hueco del enorme árbol que hace las veces de chimenea. El cocinero elfo vuelve con el grupo e investiga el otro pasillo. Atravesando una serie de cortinajes sucios llega a una cámara grande iluminada por la fluorescencia de un cultivo de setas que trabaja un kobold, de color verde en esta ocasión, al fondo se apilan los escombros de las obras del interior.
Hvem opta esta vez por un acercamiento más pacífico y habla con el kobold, se llama Urbasón y está esclavizado al cargo de la plantación de setas de las que se alimentan los pequeños monstruos, Urbasón es un experto micólogo. Hvem le ofrece acabar con sus captores y su protección a cambio de información. Urbasón les cuenta todo, que en la siguiente cámara hay kobolds voladores y que hay dos líderes kobolds más fuertes, uno capaz de lanzar conjuros, y que Røylof está en una última cámara. Hvem le deja libre y Urbasón, cobarde como dicta su naturaleza, le espera fuera, junto a la barca.
Mapa de la guarida del dragón. |
Con la información los héroes atacan la siguiente cámara, matan a los subalternos del dragón con facilidad, pero son demasiados y uno escapa con el tiempo suficiente como para dar la alarma. El asunto se pone complicado.
Los aventureros terminan con las criaturas pero la guardia de élite le da el tiempo suficiente a Røylof para atacar cuando todos los incursores se encuentran en un pasillo, usa su chorro de ácido y logra impactarles a todos.
El dragón negro es todavía joven, del tamaño de un toro vagamente, pero aún así, es un enemigo terrible.
Neska queda en vanguardia y aguanta el puesto impidiendo que Røylof avance un paso más, pronto se le une Darsien, pero es un combate a cara de perro donde retirarse puede significar morir. Kekoso va lanzando flechas desde una distancia segura y usa sus conjuros de curación a su máxima capacidad, entra, cura y sale, la colaboración de los curanderos es silenciosa pero vital. Hvem se oculta entre las sombras y busca un hueco, poco a poco, para atacar por la espalda a la terrible bestia.
El combate, por un momento, está en el filo de la navaja cuando el dragón vuelve a vomitar su ácido contra una furiosa Neska, que es la que más problemas le está dando, pero cuando Hvem consigue ganar la espalda de la bestia la balanza se desequilibra.
El dragón intenta huir por un túnel sumergido pero no le es posible porque Neska le persigue y acaba con él en el agua. Tres hachazos tremendos terminan por abrirlo en canal, la sangre de la criatura baña por completo a la bárbara que termina confesando que detesta ensuciarse el pelo.
Los héroes se afanan a robar el tesoro del saurio, gran cantidad de monedas, gemas y objetos mágicos por un total de 4790 piezas de oro.
Hvem se queda con los anteojos de encantamiento y una bolsa que permite invocar criaturas, para Neska el escudo centinela y el martillo mágico.
Hvem y Darsien no pierden un segundo y despiezan el dragón, cuando el Hüs reabra sus puertas, el menú será espectacular.
Así se ponen en camino a su cita con Titok. Hacen el intercambio y se apresuran a romper los amuletos y a esparcir las piezas por el pantano. Parece que las puertas para encerrar a Svartur seguirán cerradas.
El variado grupo de héroes. |
Vuelven a la ciudad donde llegan al borde de la media noche. A cierta distancia les sorprende verla iluminada a esa hora, pero en cuanto se acercan un poco más descubren que no, que es fuego, en el barrio de los templos y el puerto los disturbios están fuera de control, la guardia de la ciudad está atacando los templos.
Pero lo más preocupante es lo que se ve en el barrio de los elfos, la ciudadela está bajo el asedio de un ejército de sahuagins, kuo-toas y profundos además de criaturas monstruosas procedentes de las profundidades.
Para mayor misterio, Hvem recibe un mensaje mental de Levéltaros:
“La Ciudadela no aguantará mucho, necesitamos a los elfos de Lukket Skøg, haz lo que sea, estamos desesperados.”
Y así afrontan la siguiente partida que promete ser decisiva.