Acabo de ver terminar la séptima y última temporada de esta maravillosa serie.
En un primer momento me costó superar el punto raro de una serie sobre el presidente de Estados Unidos, pero enseguida quedó rebasado por la calidad de las historias, muy buenas, divertidas, ingeniosas, brillantes...
Está entre mis favoritas junto a Los Soprano o Galáctica, no tiene tiros, pero tiene momentos de una intensidad dramática que no consiguen los demás, cuando Bartlett (MI presidente) deja clara su postura frente a la moralidad bíblica es apoteósico. Pero no nos dejemos engañar por las apariencias; no es sólo una ficción de cómo sería América si tuviera los gobernantes que se merece, es una completa guía sobre la política estadounidense, su sistema, sus problemas de funcionamiento.
Las dos últimas temporadas a la vista de los recientes acontecimientos son de muy aconsejado visionado.
Lo dicho, muy recomendable y más para los que, como yo, pueden trabajar con la tele puesta.
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