Hay que ser muy bueno para conseguir domar la entropía, y eso creo que es lo más impresionante de Expocomic (tanto del año pasado como de este), la sensación (falsa) de que las cosas funcionan solas. Una organización milimétrica que permite que no se formen líos en los accesos, que las sesiones de firmas sean plácidas, sin gritos ni empujones, saber que siempre hay alguien cerca para solucionar cualquier cosa... para un invitado zoquete como yo es un relax... Ya sólo queda disfrutar de los lectores sin agobios y de las charletas con los demás invitados.
Viva los cosplayeros! |
Y comida, comida rica, comida abundante, el Urogallo, tendré el sueño dividido sin saber si eres un sueño o una pesadilla.
Muchas gracias muchas a todos.
Gracias a Emilio, el súper, a Adrián, con quien he vuelto a no poder charlar tranquilamente, te debo tantas copichuelas, a Edu Alpuente, un tipo todo sonrisas, a Eduardo, que a pesar de su mal gusto futbolístico es buena persona, a Miguel Ángel, adalid de la moda, a Sara, responsable de prensa luchadora, a Alberto, un mago!, a Ana, chica para todo, a Virginia conductora zen, a Raquel, el hogar lejos del hogar, Raúl el asesino silencioso y a todos los demás trabajadores de Expocomic que habéis hecho posible que haya pasado un fin de semana estupendo.
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