Esta sesión la hemos jugado al sol y con los niños pequeños correteando, lo justo nos ha dado para un encuentro, pero es que tenemos todos un enganche fuerte. También tocaba subida de nivel y querían probarse.
Si se piensa que hasta la cruz mide más de tres metros es una criatura terrible. |
El barranco del oso lechuza.
En la guarida de la bestia.
Dejamos a los jugadores mirando la enorme caída y el cadáver del capitán de los hobgoblins allá abajo. El medio orco que dejó escapar Pélegrin había dejado escapar recuperaba el amuleto transformado y escapaba por el río en dirección a Flaubåter.
Los aventureros perdieron cuidado con los niños Tålvik, guiados por la muchacha que les acompañaba se habían encargado de pasar a cuchillo a los hobgoblins que pudieran haber quedado moribundos y estaban en un asentamiento Tålvik, lo que al fin y al cabo es su casa.
Cuando los aventureros decidieron ir a por él observaron con horror que el medio orco había cortado las cuerdas del puente que unía la gran roca que es Fjkse al exterior con lo que tuvieron que bajar sirviéndose de los útiles de escalada, pero guiados por Pélegrin llegaron abajo sin mayor problema.
Abajo vieron que de la base de la roca manaba un limo negro que se transformaba en una especie de renacuajos o peces pequeños con una consistencia babosa, que no quedaba claro si eran criaturas vivas o un mero efecto mágico. Con el contacto del limo negro todas las sustancias vivas se volvían viscosas y alcanzaban un estado de corrupción pútrida.
En ese momento los aventureros han decidido tomar un atajo para recuperar la distancia que les sacaba la partida de orcos y han optado por la garganta de los monstruos, una antigua ruta Tålvik a la que el ocaso de su civilización ha dejado descuidada y ocupada por las bestias más horrendas, en esta zona, unos terribles osos lechuza (los osos lechuza resultan graciosos por el nombre y la descripción, un oso con cabeza de lechuza… ay… qué pringados… Pero son una fiera realmente terrible, capaz de dejar un grupo de aventureros hecho unos zorros.).
Cuando se internaban por los camino secretos que sólo los druidas y los exploradores de la zona conocen, por un momento consiguieron olvidar la corrupción amorfa que lleva el río, cruzando estrechos cauces y viendo los leves rayos solares que se filtraban por las copas de los árboles, pero las bandadas de estilondas y ligui-liguis de patas azules que huían de la zona de Fjkse era innegable que algo malo estaba sucediendo.
En un momento dado el olor de la carroña putrefacta les llegó a lo más hondo de los pulmones, era evidente que estaban en el interior del territorio de un oso lechuza, extremaron las precauciones aunque mantuvieron el ritmo, pero un mal paso en el peor momento llevó sus pasos a un pequeño barranco por el que cayeron. Serkiom y Silvana pudieron controlar la caída, probablemente gracias a su naturaleza élfica, pero el bárbaro Pélegrin y la poderosa Gabrielle rodaron hasta dar con sus huesos contra el cadáver del gigantesco jabalí gigante que uno de los orcos que acompañaban al mercenario montaba, todavía estaba caliente pero estaba totalmente descuartizado, había sido atacado con una fuerza desproporcionada, unos metros más adelante se podían encontrar partes de lo que en otro tiempo fue un poderoso orco. Era evidente que estaban en el territorio de caza de un oso lechuza.
Adoptaron una formación defensiva y buscaron con sus arcos en la mano, ahí estaba, encaramado a un inmenso árbol. Con la escasa iluminación sólo se entendía vágamente una silueta emplumada, pero los enormes ojos amarillos de la criatura lo hacían evidente, ahí estaba, frente a ellos.
Enseguida lo atacaron con sus arcos, pero el monstruo no dejaba de moverse de árbol a árbol y era muy difícil de acertar, entonces, en mitad de la refriega, Pélegrin, el bárbaro Tålvik, pudo saber en sus carnes que había una segunda criatura y que le atacaba por la espalda. El oso lechuza le impactó con sus garras y su pico destrozándole la espalda, ahí se terminó el tomarse los osos lechuza como una criatura de risa, es un depredador mortal. El primer oso lechuza saltó del árbol y atacó a Gabrielle, ésta se defendió, pero los ataques de un monstruo semejante son devastadores. Afortunadamente la ayuda de sus compañeros hizo más fácil el combate que terminó con un tajo en la garganta del plantígrado emplumado y liberó a los héroes para luchar junto a Pélegrin que llevaba un par de rondas aguantando él solo con bastante suerte, pero tarde o temprano el oso lechuza te acaba causando daño. Una acometida del monstruo casi terminó con la vida del titán bárbaro, las dos garras y el pico del oso probaron la carne del gigante y eso hizo de la llegada de sus compañeros una auténtica bendición. Entre los cuatro acabaron con el terrible ser, Pélegrin hundía su enorme hacha en la cabeza de la criatura haciendo que los estertores de su muerte fueran absurdamente patéticos, pero las consecuencias para el grupo han sido terribles, están todos gravemente heridos y en territorio hostil.
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