2018/12/05

Doce años sin Perrito

Mi jugador estrella, resolvía los partidos él solo.
Perrito era de esa gente que conseguía transmitirte su ilusión, ése sería su rasgo más característico, sí, te acababa liando para hacer cosas.
También hay que decir, te liaba para hacer cosas que ya te apetecía hacer, te daba el empujoncito que te faltaba y te daba una coartada.
El caso es que con Perro montamos una liga de Blood Bowl con toda la muchachada, era mi primera liga y yo era muy inexperto, no sabía las cosas de la vida y así me fue, contaba mis primeros partidos por derrotas aplastantes y arrastraba una alarmante falta de efectivos, solía salir con nueve jugadores (se pueden alinear un máximo de once) porque no tenía más.
Y llegó la fecha del duelo, mis elfos contra los no muertos de Perrito, Perrito estaba emocionado con la liga y hasta se había comprado unos dados con calaveras para estar más en el asunto.
Empezamos el partido, Perrito dijo su clásico "se inician las hostilidades" y a partir de ahí comenzó un rosario de calamidades y mala suerte. Mi equipo era claramente inferior, pero si no salen las tiradas de dados ("el Blúdbol es así") no hay posibilidad de ganar, aquellos dados nuevos de Perro estaban gafados, no conseguía nada que intentase con ellos y estaba perdiendo de una manera realmente humillante contra el colista de la liga.
Llegó un momento, al final en el que, preso de la frustración, abrió la ventana y tiró los dados a la calle. Con ellos se fue su mala suerte y en el partido de vuelta, me machacó.

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