2019/03/24

Los Sucesos de Flaubåter 11

Media noche en el pantano del oeste


Me resultó sorprendente el final de la sesión anterior, ¿cómo era posible que hubiesen decidido tan rápido que querían ir al pantano a media noche para encontrarse con una espía?

Bien entrada la noche y a medida que se acercaban al pantano la duda empieza a arraigar en los aventureros, ¿es buena idea el plan?¿hay un plan? Tras una pequeña discusión continúan, Titok tiene cuatro de los cinco amuletos y no sabe que los aventureros no tienen ninguno, es momento es ahora.

El pantano de noche es un lugar oscuro, frío y por culpa de la podredumbre de las aguas, silencioso, el esquife navega muy despacio y desde el primer momento les embarga la sensación de que están siendo vigilados. El peligro de embarrancar es bastante evidente, pero la pericia de Darsien es un valor seguro.
Iluminados solo por la luz de la luna caen en una emboscada, un nutrido grupo de goblins les atrapa en una lluvia de flechas y suben las defensas. A partir de ahí el clérigo usa su hacha espiritual para diezmar los goblins de un lado mientras el elfo, gracias a su velocidad y su visión en la oscuridad va dando cuenta de los del otro a flechazos. De improviso el grupo del líder aborda la embarcación y ataca a Darsien mientras otros bajan las protecciones del barco, pero llegan tarde, el kenku ya ha hecho mucho daño con sus conjuros ígneos y en cuanto la guerrera deja el timón y entra en la refriega está todo dicho.
De la docena larga de bandidos solo sobreviven tres que escapan a su guarida malheridos.
Un rato después llegan a un gran claro con un muelle desvencijado, lo observan desde la distancia aún preocupados por la sensación de estar vigilados. En el muelle hay una figura, reconocen la capa de Titok, pero saben que hay trampa.
Poco a poco se acercan, con toda la cautela de la que son capaces y es entonces cuando oyen la voz de Titok, les saluda burlona y les felicita por la trampa que le han tendido con la pintada de la granja abandonada, pero que lo entiende, son negocios.


Titok Zatos.

Es Hvem el que se da cuenta del engaño, y le dice a Titok que salga de su escondite, la espía se había escondido bajo un tronco hueco en el muelle y había sujetado su capa con un armazón que movía desde atrás. También descubren que lo que les estaba vigilando durante el camino era un enorme cocodrilo albino gigante que lleva los cuatro talismanes que buscan colgados al cuello.
Entonces sale de su escondite, sonríe aceptando la pericia de los héroes. Les dice que el negocio es simple, les ofrece sus cuatro talismanes a cambio de un salvoconducto a Marabierto firmado por la ciudadela y 5000 monedas de oro (una auténtica fortuna).
Les cita dentro de dos noches, como gesto de buena voluntad les dice que se esperen al amanecer y que sigan a los tipos de los pirsins.
Entonces la espía salta al agua donde le espera su gigantesco cocodrilo y con él se sumerge, en ese momento kenku descubre que Titok no es una elfa marina, es una malenti, los malentis son sahuagins que nacen con el aspecto de elfos marinos, por naturaleza se dedican a infiltrarse en ciudades costeras y suelen ser sinónimo de problemas.
Los aventureros siguen la pista de la malenti y esperan escondidos. Entre las brumas del amanecer ven llegar una barcaza griega fuertemente acorazada con varios soldados con armadura y un mago de batalla. Atracan en el muelle y descargan unos fardos bastante pesados, hay un estuche alargado que llama la atención de los aventureros, está bellamente decorado.
Desde el oeste llegan dos enormes ogros con unos clavos en la cabeza (probablemente a eso se refería Titok con lo de los pirsins), a sus espaldas unas estructuras para acomodar cargas, y sobre sus hombros un sahuagin que parece guiarlos. La escolta la forman cuatro sahuagins más, dos delante y dos detrás. Uno de los Sahuagins, el que parece el jefe, saluda al soldado griego con cierta normalidad, a los griegos no parece hacerles demasiada gracia el asunto pero son profesionales, realizan la entrega y se van.
Kekoso sospecha de que los clavos que se hunden en la cabeza de los ogros los usan los sahuagins para doblegar la voluntad de los monstruos, es inaudito que semejantes criaturas trabajen de manera voluntaria y menos como animales de carga.
Los sahuagins cargan los fardos a la espalda de los ogros y se disponen a marchar, el líder lleva la caja con la espada en el ogro de delante.
Los héroes deciden seguir a los acuáticos, en silencio y gracias a la pericia náutica de Darsien les adelantan y preparan una emboscada. Es la primera vez que los héroes actúan de manera coordinada, los resultados son arrolladores.
Hvem espera a la llegada del primer ogro y salta, arrancándole los clavos al ogro en el salto, al llegar al suelo, como una sombra, se desvanece en la bruma. Kekoso usa su conjuro de hacha espiritual y su arco para deshacerse de la escolta de la retaguardia. En la confusión Darsien ataca al sahuagin que monta el segundo ogro. La escolta se dirige a la retaguardia para acabar con Kekoso, pero no llegarán nunca. El ogro que está liberado del control del sahuagin se lo quita de lo espalda y lo parte en dos trozos, Hvem se deshace de la escolta de delante y Kekoso mantiene a raya a la escolta de la retaguardia, Darsien acaba con el sahuagin que iba sobre el segundo ogro y evita los ataques de la enorme criatura hasta que el ogro libre quita los clavos de su congénere. Libres del control de los acuáticos, destrozan a los acuáticos que les tenían cautivos.
Se produce un momento de extraño silencio, nadie sabe si atacarse o dejarse en paz. Los ogros retiran sus cargas y proceden a devorar a sus captores. Hvem se acerca a hablar con ellos y consigue robar el estuche lujoso sin que se den cuenta, Kekoso les pide la carga que llevan como pago por haberles liberado pero no parecen muy dispuestos, entre bocados les cuentan a los aventureros que estaban siendo esclavizados como porteadores por un ejército de acuáticos que hay en una cueva al oeste.
Los aventureros no están dispuestos a irse sin la carga de los griegos y Hvem ofrece a los ogros unos hongos para acompañar la comida, los ogros se los comen y les dicen que se vayan, la conversación ha terminado. Los hongos son alucinógenos, del laberinto del Barranco del Oso Lechuza. Entonces el kenku procede a imitar las voces de los ogros, lo cual unido a las drogas hace que se pongan violentos, los aventureros entonces asesinan a los ogros sin piedad y se llevan el botín.
En el camino de vuelta repasan el cargamento robado, cotas de malla, armaduras y armas, todas de manufactura griega, todas de calidad excepcional. En el estuche alargado hay una espada bellísimamente grabada, con un brillo mágico evidente, se trata de una Espada Asesina de Elfos.

No hay comentarios: